viernes, 24 de enero de 2014

Mesias de $hile Fin

Pero no sucedió nada de eso. Nada sucedió. Mi historia se fue desvaneciendo, deformando, olvidándose. Toda la magia se convirtió en mito. Es como si nunca hubiese existido, todo era un "quizás", "puede ser", "quien sabe". El cuento se usó acá, allá, parecía como si hubiese perdido todo su sentido original y ahora era una herramienta, un trozo de papel listo para el bricolage que la moda de turno quisiera hacer. Pero está bien. Toda historia adquiere sentido en su final, en el misterio, en vivirla y morirla.

Pero sigo viva, aunque escondida. Como la magia en los rincones obscuros, antiguos y viejos. Encubierta sigo intentado curar y ayudar a quien pueda, puede ser mejor el anonimato, moverse entre la masa, como los invisibles iluminados que nos ayudan día a día.

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